Digo yo que cada uno tendrá su película fetiche. Esa que vio en un momento complejo de su vida y que le dejó maravillado y/o/u aterrorizado por lo grotesco de las imágenes que se desplegaban ante sus atónitas retinas.
Oficialmente, la peor peli de la historia es “plan 9 del espacio exterior”, de Ed Wood, que recibió un maravilloso homenaje de la mano de Tim Burton en la película del mismo nombre.
Pero yo le voy a echar un par de huevas y plantarle cara a la oficialidad. Algunos de los que me conocen ya me han oído hablar de ella. Porque para mí, la peor película de la historia es sin duda alguna China O’brien. En YouTube puedes verla completa:
El argumento no puede ser más original. China O’brien (Cynthia Rothrock) es una oficial de policía que hace cumplir estrictamente la ley en su ciudad. No recuerdo cuál, pero me apuesto veinte céntimos a que es Detroit. Es asaltada en un callejón por un kinki, y para defenderse, dispara su arma reglamentaria, matando por error a otro kinki, esta vez menor de edad (que no sé qué pintaba escondido en aquella esquina oscura).
El caso es que China no puede vivir con ello y abandona el cuerpo. Se le enciende la bombilla, y decide regresar a su pueblo, donde su padre ejerce a duras penas de sheriff. Sí, a duras penas, porque cómo no, qué novedad, hay un cacique local que pretende imponer su ley.
Cuando el padre muere asesinado por un coche bomba, y sin esperar a ver si los de la ETA reivindican el atentado, China decide tomarse la justicia por su mano e imponer la ley a base de hostias al por mayor.
Dios, se me saltan las lágrimas. De verdad que es una historia tan atemporal que a Shakespeare debería caérsele la cara de vergüenza por no haberla plasmado en papel.
Digo que es la “peor” entre comillas, porque la escena en la que un esbirro recibe el impacto de una bola de demolición y queda ileso es difícilmente superable.
Ah, no, que me estoy equivocando. Esa escena pertenece a la segunda parte. Porque por Dios, es evidente que hubo secuela: