Ayer fui a verla al cine lleno de ilusión y con la mente abierta.
Vergonzosa. Indignante. Y no me refiero a que Indy esté ya viejete, eso es lo de menos. Es que un chimpancé tuerto y atiborrado de morfina habría sabido crear una trama más digna.
Estoy pensando seriamente en denunciar a Spielberg y Lucas por destrozar un mito de una manera tan sangrante. Les llevaré a los tribunales para que les obliguen a catalogarla como película apócrifa. Y que cambien el título por «Alabama Jones», por ejemplo.
Y si no lo consigo, intentaré borrarla de mis recuerdos. Haré un ejercicio de memoria selectiva, y cuando piense en la saga, sólo recordaré tres películas.
actualización (16 de octubre de 2008)
Parece que no soy el único que lo piensa, los creadores de South Park también dieron su educada opinión:
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